Cómo comenzar a moverse eficazmente
La mayoría de personas dicen que no tienen tiempo para realizar actividad física, pero comenzar a moverse para llevar un estilo de vida más saludable no es tan difícil como parece.
Escoger actividades con las que disfrutas
Conseguir un buen estado de salud y mantenerlo no es tan difícil como puede parecer. Ni siquiera necesitas tener mucho tiempo libre, no es necesario que te apuntes a un gimnasio o que comiences a practicar deportes; lo único que tienes que hacer es cambiar tus hábitos para llevar un estilo de vida más activo. Al menos 30 minutos diarios de actividad física son suficientes para mantenerse en buena forma.
Es importante recordar que cualquier forma de movimiento se considera actividad física. Puedes hacerlo en cualquier momento del día; puedes ir al trabajo en bicicleta, o aparcar el coche más lejos de la plaza que habitualmente utilizas o incluso puedes ir andando al trabajo. Estos buenos hábitos harán que sientas que te mueves más porque tu cuerpo te indicará que se siente mejor cuando lo hace.
Consejos sobre cómo comenzar a moverse más
Comienza a moverte lo antes posible y realiza una actividad de intensidad moderada que debes ir aumentando paulatinamente. Incluye ejercicios de fuerza, resistencia, flexibilidad y equilibrio.
- Lo ideal es hacerse un chequeo médico antes de comenzar un programa de actividad física para descartar cualquier problema que se pueda producir durante el ejercicio.
- Antes de comenzar una sesión de entrenamiento, dedica parte de tu tiempo a calentar. Es importante alcanzar el máximo esfuerzo con regularidad, pero de forma gradual.
- Intenta realizar al menos 150 minutos de ejercicios aeróbicos de intensidad moderada a la semana. Se recomienda realizar 30 minutos de actividad física cada día o al menos cinco días a la semana. Puedes comenzar incluso caminando a buen ritmo hasta el trabajo.
- Dedica al menos dos o tres días a la semana a realizar un entrenamiento de fuerza con actividades que empleen los principales grupos de músculos.
- Intenta realizar algunos ejercicios de estiramientos para mejorar la flexibilidad articular y el equilibrio al menos tres veces a la semana.
- Escoge una actividad que te guste y con la que disfrutes para que así puedas realizarla con frecuencia y gradualmente. A menudo se producen lesiones debido a que se realizan los ejercicios demasiado rápido o con un exceso de carga; la falta de un entrenamiento adecuado aumenta el riesgo de lesionarse ya que el cuerpo no está preparado. Las cargas se deben aumentar gradualmente para que el cuerpo se adapte al nuevo peso.
- Si notas dolor al hacer ejercicio, para. El dolor siempre es un signo de que algo no va bien: no ignores lo que tu cuerpo te dice. Consulta con un médico para que te realice un chequeo lo antes posible.
- Habla con un entrenador que te enseñe las técnicas apropiadas para realizar los ejercicios, especialmente si quieres acudir a un gimnasio; aprender a levantar pesas de forma adecuada aumenta tu fuerza sin el riesgo de sufrir ningún traumatismo.
No te preocupes si al día siguiente te duele el cuerpo: es normal ya que tu cuerpo necesita adaptarse y estas pequeñas molestias significan que tus músculos han estado inactivos durante un tiempo.